En este post se describen las principales fuentes de financiación alternativa a la bancaria de las que pueden disponer las empresas en la actualidad, que serán desarrolladas en profundidad en próximos posts:
1.- Préstamos Participativos — Son préstamos subordinados a largo plazo y con posibilidad de carencia. Su principal característica es que está dividido en dos tramos: el primero de ellos es similar a un préstamo tradicional, mientras que el segundo incluye una retribución variable vinculada a la evolución de los resultados de la empresa prestataria. Suele ser utilizado por las diversas instituciones públicas financiadoras por la flexibilidad que aporta en relación al capital, ya que no exige valoración de la compañía y, consecuentemente, negociación de porcentajes de propiedad.
2.- Private Equity — Inversión en capital llevada a cabo sobre empresas no cotizadas por parte de inversores privados. Principales formas de actuación:
3.- Capital Riesgo — entidades (sociedades o fondos) cuyo objeto social es la toma de participaciones temporales en el capital de empresas no financieras y no cotizadas. Marginalmente pueden facilitar préstamos participativos, así como otras formas de financiación, y realizar actividades de asesoramiento de la gestión de la compañía. Una vez madurada la inversión, la entidad de capital riesgo se retira vendiendo su participación, tratando de obtener una rentabilidad atractiva, acorde al riesgo asumido.
4.- Fondos de deuda — Son fondos que financian a compañías a través de instrumentos de deuda de diferente perfil. Una variante es la deuda mezzanine que es una deuda a medio camino entre la deuda tradicional y el capital, ya que comparte características de ambas.
5.- Crowdfunding — Se trata de un modelo que, utilizando diversas plataformas por Internet, busca la cooperación entre muchas personas para financiar proyectos a través de una red colectiva, siendo las principales líneas de actuación:
6.- Sociedades de Garantía Recíproca — El papel de las SGR se centra en la prestación de avales (que en términos financieros reciben el nombre de garantías) a las empresas asociadas a su organización (es necesario ser socio para poder obtener esta financiación). Estos avales permiten condiciones preferentes (en cuantía, plazo y coste) a la hora de acceder a préstamos por parte de bancos y cajas.
7.- Fondos privados de financiación de circulante – Se trata de una cesión temporal de la cartera de cobros de clientes (facturas, recibos, letras, etc.). Consiste en un contrato mediante el cual una empresa traspasa el servicio futuro de los cobros de sus créditos y facturas existentes, y a cambio te adelantan de manera inmediata un porcentaje no superior al 85% del importe de los derechos de cobro, cobrando unos intereses por ello.
8.- Emisión de títulos valores de deuda — Son instrumentos financieros de deuda emitidos por entidades privadas y públicas con la intención de financiarse. Genéricamente a estos títulos se le denominan de Renta fija y tienen denominaciones diferentes en función de emisor, plazos y garantías; letras, pagarés, cédulas, bonos y obligaciones. Aunque todos tienen un vínculo común, es una forma de financiarse directamente en los mercados mediante instrumentos de deuda, de ahí que en el mundo profesional se le denomina BONO a todos los instrumentos. Normalmente son negociados en algún mercado para facilitar que los inversores puedan recuperar su inversión cuando deseen.
9.- Mercado Alternativo Bursátil (MAB) – El MAB es una plataforma de contratación electrónica similar a la bolsa que se dirige exclusivamente al mundo de la pyme y proporciona financiación, liquidez con un coste sensiblemente inferior que si hubiese obtenido financiación bancaria.
10.- Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) – Plataforma electrónica de contratación que tiene por objeto que las pymes puedan emitir productos de renta fija (como pagarés y bonos, principalmente a corto plazo) a semejanza de las grandes compañías, pero sin los enormes costes en los que éstas tienen que incurrir.