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martes, 30 de septiembre de 2014
Private Equity (Capital Riesgo)

Siguiendo con la entrada de blog en la que se enumeraban los instrumentos más habituales en la financiación alternativa y complementaria a la bancaria, a continuación profundizaremos en el Private Equity (o Capital Riesgo).

El Private Equity es una fuente de financiación empresarial estable que consiste en la aportación de capital por parte de un fondo o sociedad de inversión, para tomar una participación en el capital de la empresa, mayoritaria o no, y con una vocación de permanencia a medio plazo. Las empresas participadas son no cotizadas, ya que los inversores, más que dividendos, suelen buscar salir con plusvalías cuando vendan sus participaciones. Por este motivo, las empresas con alto potencial de crecimiento son el objetivo preferencial, aunque también se puede generar valor por otras vías.

En detalle, las principales características son las siguientes:

  • Pueden invertir en todo tipo de compañías, aunque cada entidad inversora suele estar enfocada a un perfil de inversión concreto: inversión mínima (“ticket”) a realizar, sector de actividad y tamaño de la empresa.
  • La inversión se realiza directamente en el capital social de las empresas, no es deuda. Es decir, serán nuevos socios de la compañía y, por tanto, tendrán voz y voto en el Órgano de Gobierno aunque, generalmente, no intervendrán en las decisiones del “día a día”.
  • Fortalece el “músculo financiero” de la compañía: aumenta sus fondos propios y, con ello, su imagen de solvencia ante terceros y su capacidad de apalancamiento.
  • También aporta recursos no monetarios: contactos, sinergias con otros negocios participados por la entidad inversora, gestión profesionalizada, transparencia, mayor capacidad comercial, etc.
  • Su participación en el negocio es temporal: buscan salir de la empresa en un período de 4 a 7 años, con retorno (TIR) más elevados que la deuda en consonancia con el riesgo que asumen (igual al del resto de los accionistas) y con la flexibilidad y capacidad financiera que aportan (no hay exigencia de retribución ni de devolución de fondos como en la deuda).

¿Cómo salen los inversores de la empresa?

El Private Equity realiza la compra y venta de acciones de empresas mediante un proceso de negociación:

  • En el proceso de compra de acciones de una compañía se negocia: el precio de compra, la forma de pago, el tipo de acción (ordinarias, convertibles, preferentes, etc.), porcentaje de participación (minoritaria o mayoritaria) y, en general, otras cláusulas que el comprador pueda exigir. 
  • Por todo lo anterior, serán factores clave la elaboración de un Plan de Negocio con un horizonte temporal de 5 a 7 años y, si existe interés por parte de la entidad inversora, la realización de una due diliguence legal, técnica y financiera de la empresa. 
  • El objetivo de la entidad inversora es generar fuertes plusvalías ya que esta entidad debe remunerar a sus propios inversores. En los mismos pactos de entrada suelen establecerse pautas para la salida, y reservarse las partes derechos de acompañamientos en un hipotético proceso de compraventa futuro de participaciones (clausulas drag alone y tag alone). 
  • Esta salida se suele producir vendiendo la participación a otra entidad inversora (si la empresa tiene un nuevo plan de crecimiento),  a grupos de interés de la compañía (socios, directivos, proveedores, otra empresa del sector, etc.) o sacando la compañía a cotizar a un mercado organizado a través de un procedimiento público de venta (Oferta Pública de Venta, OPV).

Tras las restricciones crediticias bancarias sufridas en los últimos años, las instituciones públicas están potenciando los instrumentos de capital riesgo existentes, con el fin de buscar un efecto multiplicador y contribuir así a financiar el desarrollo del tejido empresarial nacional, en general, y de las de las pymes en particular. Ejemplos claros los encontramos en los recientes concursos del ICO y la Agencia IDEA.

El Private Equity está creciendo en España, prueba de ello es que, según la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo, ASCRI, el sector ha invertido 1.198 millones de euros en los primeros seis meses del año, un 132% más que en el mismo período de 2013.

 

 

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